(Jane Hansen Hoyt)
Me encantan las tradiciones familiares, en particular en este momento del año. Una de estas tradiciones es la de empezar el tiempo de adviento asistiendo al concierto Los sonidos sagrados de Navidad de la Universidad Seattle Pacific. Su repertorio musical incluye sonidos de todo el mundo así como himnos tradicionales que desgarran nuestro corazón. Esto me parece una gran ocasión para dar comienzo al tiempo de Navidad concentrándonos en la expectación, realización y celebración del nacimiento de nuestro Salvador que vino a hacernos libres.
Adviento
Él gobierna al mundo con gracia y verdad, y hace a las naciones probar la gloria de Su justicia y las maravillas de Su amor; y las maravillas de Su amor; y las maravillas, maravillas de Su amor.
El Adviento es el tiempo considerado en muchas iglesias cristianas occidentales como un tiempo de espera con ilusión y preparación para la celebración de la Natividad de Jesús.
La palabra Adviento significa en latín venida o llegada. El primer adviento ocurrió hace unos 2000 años cuando Jesús vino al mundo como un bebé para morir como un hombre y morir por nosotros.
Su encarnación tomó lo humano y nos lo devolvió, redimido. Todas nuestras predisposiciones y nuestros deseos, nuestras habilidades y nuestros anhelos, son purificados, reunidos y glorificados por Cristo. Él no vino para dispersar a la humanidad, Él vino para liberarla (Thomas Howard, extraído de Evangelical Is Not Enough).
Se nos ha otorgado el regalo supremo, redención.
Segundo Adviento
Existe un segundo, futuro Adviento que tendrá lugar cuando Jesús vuelva a la tierra como Rey de Reyes para gobernar el mundo y establecer Su gobierno desde la ciudad de Jerusalén. ¡Un acontecimiento que aguarda toda la creación!
El Adviento está marcado por un espíritu de expectativa, expectación, preparación y de deseo, y cada vez estamos más convencidos de que existe un anhelo por ser librados de la perversidad de este mundo en sus formas de odio y maldad.
Estamos expectantes ante la llegada de un Rey que gobernará con justifica y verdad sobre Su pueblo y Su creación. Anhelamos el reinado del Ungido, el Mesías que traerá paz y justicia al mundo. Sabemos que el plan de Dios es poner de rodillas a todos los sistemas de este mundo, liberando a las masas mientras se aproxima el cumplimiento de este siglo. Dios se ha propuesto obtener una cosecha de cada nación y pueblos sobre la tierra.
La iglesia internacional se levanta
Conforme 2015 llega a su fin, somos conscientes del incremento de la oscuridad pero también del aumento de la luz. Sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria (Isaías 60).
También somos conscientes del alineamiento de la iglesia internacional con el propósito eterno de Dios para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales (Efesios 3:10).
Somos testigos de la mano de Dios moviéndose entre creyentes de trasfondo musulmán, judíos y gentiles. Este es un acontecimiento histórico que no ha sucedido en las pasadas generaciones.
Dios está uniendo a un pueblo lleno de luz.
Dios está preparando un pueblo lleno de Su Gloria.
Dios está disponiendo un pueblo lleno de fe valerosa, probada, y que conocen a su Dios, como la que tuvo David con el oso y el león.
Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente (1 Samuel 17:36).
¡La cuestión era que el enemigo estaba yendo en contra de los ejércitos del Dios viviente!
2016
2016 será un año donde veremos levantarse fe, valor, luz y gloria de formas asombrosas en el pueblo de Dios.
Sí, disfrutamos durante el tiempo de Adviento que celebra la primera venida de Jesús pero nuestros ojos y nuestros espíritus están más concentrados en la segunda venida, en el retorno de Jesús como Rey.
Él hace a las naciones probar…
Concluyo con mi verso favorito del himno, Joy to the World (Alegría al mundo):
Él gobierna al mundo con gracia y verdad,
y hace a las naciones probar
la gloria de su justicia
y las maravillas de Su amor,
y las maravillas de Su amor,
y las maravillas, maravillas de Su amor.
Traducido del blog de Jane Hansen Hoyt
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